16 de junio de 2011

Matrimonios Infantiles (Afganistán) II

Los novios caminan por la calle principal de su poblado hasta la casa familiar, donde tendrá lugar la ceremonia (14 de octubre, de 2010) en Bamiyán. 
(Paula Bronstein / Getty Images)



La mejor amiga de la novia, Meetra, espera la llegada de la fiesta de bodas (4 de enero, 2002) en Kabul.
(Paula Bronstein / Getty Images)




Malalai Kakar, una mujer policía, arrestó a Janan, de 35 años de edad, después de que intentara matar a su esposa Jamila, de 15 años, el 4 de junio de 2006 en Kandahar. Jamila había huído para quedarse con su madre tras soportar años de abuso por parte de su marido y de su suegra. Janan persiguió a su esposa con la intensión de asesinarla, pero terminó apuñalando varias veces a la abuela de Jamila cuando ella intentaba proteger a su nieta. Jamila fue comprometida cuando apenas tenía un año de edad, y se casó a los 10 años.
Kakar, la mujer policía, resultó abatida en el 2008.
(Foto y notas: Stephanie Sinclair, VII)


Novias afganas sentadas durante una ceremonia de casamiento masivo de cincuenta parejas afganas en la provincia de Heart (7 de agosto, 2009).
(SHAH MARAI/AFP/Getty Images)




Zahara, una novia afgana de 24 años, se prepara para la ceremonia de la boda rodeada por miembros femeninos de su familia, en un salón de belleza (14 de octubre, 2010) en Bamiyán.
(Paula Bronstein / Getty Images)



Mejgon Amoni, de 16 años de edad, llora en su habitación dentro de un refugio dirigido por  una ONG (Women´s Activities & Social Services Association) de mujeres afganas en Herat, el 17 de junio de 2004. Amoni estuvo en el refugio durante seis meses esperando que alguien de su familia fuera a buscarla; pero en la sociedad afgana, se considera que toda mujer que abandona el hogar de su esposo, su reputación queda manchada. Amoni fue vendida por su padre a los 11 años de edad a un hombre de 60, por dos cajas de heroína. Fue obligada a llevar una vida de tráfico de drogas para sobrevivir, hasta que logró escaparse.
(Foto y notas: Stephanie Sinclair, VII)

Traducido de:
The Young and the Betrothed: The strange world of Afghan weddings and the dark side of early marriage / May 19, 2011. -- Foreign Policy.com
Para ver el art. original: 

7 de junio de 2011

Matrimonio Infantil (Afganistán)



Más de 50 millones de niñas menores de 17 años, en países en vías de desarrollo, están casadas. Millones más están en riesgo de ser obligadas a contraer matrimonio infantil. Esta práctica está particularmente extendida en Afganistán, en especial en las áreas rurales. La fotógrafa Stephanie Sinclair retrató a algunas de estás jóvenes mujeres. La imagen de aquí fue elegida como la “Foto del año 2007” por la UNICEF.

Faiz Mohammed, de 40 años, y Ghulam Haider, de 11, sentados en la casa de la familia de ella antes de su boda en la aldea rural de Damarda, Afganistán, el 11 de septiembre de 2005. Ghulam dijo que estaba triste por haberse comprometido, ya que su deseo era convertirse en maestra. Antes de ser obligada a abandonar la escuela, su clase favorita era de Dari, el idioma local.

Las chicas casadas rara vez se encuentran en la escuela, lo que limita sus oportunidades económicas y sociales. Y los padres, a veces retiran a sus hijas de la escuela para protegerlas de la posibilidad de actividades sexuales fuera del matrimonio –lo cual anula virtualmente sus posibilidades de conseguir marido. Los embarazos precoces también inciden en un incremento de las complicaciones durante el parte. Es difícil decir exactamente cuántos matrimonios jóvenes tienen lugar, pero de acuerdo con el Ministerio de la Mujer afgano y ONGs de mujeres, aproximadamente un 57 por ciento de todas las niñas afganas se casan antes de la edad legal (16 años).






El matrimonio forzado es culturalmente aceptado en Afganistán, donde los matrimonios pueden utilizarse como formas de pago de deudas, o para crear alianzas entre familias. Las hijas a menudo son consideradas como una carga económica en este país asolado por la pobreza. En esta foto, una novia afgana camina con el novio hacia la ceremonia de la boda, el 14 de octubre de 2010, en Bamiyán.





Bas Gul, de 17 años, permanece en el interior de la vivienda de las mujeres, una casa de seguridad donde vive, el 7 de octubre de 2010, en Bamiyán. Ella era una niña casada, obligada a contraer matrimonio a los 11 años; después de cinco años de matrimonio huyó de su marido, un muchacho sólo cinco años mayor que ella.



Said Mohammed, de 55 años, y Roshan Kasem, de 8, el día de su compromiso en el poblado de Chavosh, el 10 de septiembre de 2005. El padre de la novia, Abdul Kasem, de 60 años, dijo que estaba triste por entregar a su hija a tan corta edad, pero que no tenía otra opción, debido a la pobreza extrema.

No todas las novias afganas son niñas. Amigos y familiares acompañan al novio, Reza Ali Zada, de 24 años, y a su futura esposa, Aqila Nazari, de 21, de regreso a casa después de su fiesta de compromiso, un banquete celebrado en Gebrail, un poblado Hazara en las afueras de Herat, el 25 de mayo de 2005. La pareja se había visto apenas un par de veces antes.


La madre y la abuela de la novia le fijan un pendiente, el 30 de agosto de 2002, en Kabul. Después de la huida de los talibanes, los salones de bodas se abrieron otra vez. Los viernes, los salones de belleza se llenan de novias, los hoteles se abarrotan de jóvenes parejas, y las calles se llenan de autos, haciendo sonar sus bocinas a todo volumen, porque los afganos se apresuraron a casarse después de varias décadas de guerra.


Una niña afgana vende goma de mascar cerca de una sala de espera para los clientes en un salón de belleza (17 de octubre de 2010, en Kabul). Detrás de las cortinas, aisladas de los hombres, las mujeres afganas pasan las horas preparándose para las fiestas de compromiso y las bodas.

 
Traducido de:
 
The Young and the Betrothed: The strange world of Afghan weddings and the dark side of early marriage / May 19, 2011. -- Foreign Policy.com
para ver el art. original: ForeignPolicy.com

29 de abril de 2011

Príncipes y Princesas (más divertidos)

Después de ocho años de noviazgo, el príncipe Guillermo y su prometida, Kate Middleton, se casaron este viernes 29 de abril, en un evento real largamente esperado. El enlace del futuro rey de Inglaterra con Middleton, una plebeya, ha dominado todos los titulares desde el anuncio de su compromiso en el otoño, y ya ha sido declarado fiesta nacional en Gran Bretaña. Sin dudas, la ceremonia se ha inspirado en la iconográfica boda de los padres de Guillermo, el Príncipe Carlos y Lady Diana.

He aquí algunas bodas reales notables, un poco más lejanas, desde Bhután hasta Mónaco.



1. El Rey Mswati III y Phindile Nkambule (Swazilandia)

Mswati, quien recibió una invitación a la boda de Guillermo y Kate, no está ajeno al mundo del matrimonio, teniendo ya catorce esposas para él solo. Este monarca absolutista de 43 años se guía por un consejo de ancianos que lo asesoran y a menudo eligen las esposas para su líder. La tradición swazi dicta normas muy específicas acerca de los matrimonios de su rey, incluyendo la expectativa de que se case con una mujer de cada clan, en un esfuerzo por mantener las relaciones en todo el país; el padre de Mswati, Sobhuza II, tuvo 70 esposas y 210 hijos. Muchas de las jóvenes con quienes el rey se ha casado han participado en la tradicional danza roja, llamada “umhlanga”. Durante las ceremonias “umhlanga”, unas cien mil jóvenes mujeres danzan en celebración de la castidad frente al rey, antes de presentar las cañas recién cortadas a la Reina Madre (o “Gran Elefanta”). Si el rey elige a una bailarina para que sea su esposa en la ceremonia, ella está obligada a aceptar la oferta.

En el pasado, lo notable es que Mswati se hizo famoso por prohibir las relaciones sexuales para mujeres menores de 18 años, en un esfuerzo por frenar el VIH SIDA. Pero anuló esta prohibición apenas unos días antes de su casamiento con su decimotercera esposa (Phindile Nkambule, de 17 años de edad) en el 2005. Se casó con su decimocuarta esposa en el 2008, y ahora tiene 23 hijos entre todos sus matrimonios.

2. PRINCESA VICTORIA y DANIEL WESTLING (Suecia)

La princesa Victoria se casó con Daniel Westling el 19 de junio de 2010 en la catedral de Storkyrkan, en Estocolmo, exactamente 34 años después que sus padres, el rey Carlos Gustavo XVI y la reina Silvia, quienes lo hicieron en la misma iglesia.

El rey Carlos Gustavo al principio expresó su desaprobación con respecto a los planes de boda de su hija. No sólo Westling era un plebeyo (aunque desde entonces ya es “Príncipe Daniel, Duque de Vastergotland”), sino que además era su “personal trainer” (sus caminos se cruzaron por primera vez en el año 2001, en un gimnasio que él manejaba en Estocolmo).

La pareja disfrutó de una lujosa boda con más de 1200 invitados, con la asistencia de lo más granado de la realeza europea, incluyendo al príncipe Eduardo, conde de Wessex, y su esposa Sophie; la reina Sofía, de España; y los reyes de Noruega, Harald y Sonia.

Si bien la boda fue vista por unos 5 millones de televidentes en todo el mundo y unos 200.000 suecos salieron a las calles de Estocolmo para verla en persona, la ceremonia en sí no estuvo exenta de polémicas. El hecho de que el rey eligiera entrar con su hija por el pasillo de la catedral no fue bien visto por muchos suecos, quienes consideran a esta práctica como anticuada (hoy en día las parejas suecas en general entran juntas a la iglesia). El jefe de la iglesia sueca, el Arzobispo Anders Wejrd, incluso emitió una declaración pública expresando su disconformidad con esta elección, pidiendo que se retirara un fenómeno extraño para la Iglesia de Suecia. “Por lo general se desaconseja, ya que nuestra ceremonia de matrimonio es tan clara respecto al tema de la igualdad de los cónyuges”, dijo.

3. PRINCESA SAYAKO Y YOSHIKI KURODA (Japón)


En lo que se ve como el argumento de una película de la saga del periodo romántico, la princesa japonesa Sayako, hija del anciano emperador del país, causó sensación en 2005 cuando de casó con Yoshiki Kuroda, un plebeyo y burócrata del gobierno, en Tokio, plenamente consciente de que se vería obligada a renunciar a su estatus real. Ella se convirtió en el primer miembro de la familia imperial japonesa en 45 años en abandonar su título. Sayako ya había sido considerada como un ícono de la modernidad para la mujer soltera japonesa, ya que esperó hasta los 36 años de edad para establecerse. Su familia al final accedió a la boda, y las despedidas formales de la familia real tuvieron lugar en el palacio una semana antes de la ceremonia.

Aunque miles de japoneses se presentaron para enviarles sus buenos deseos para la pareja cerca del hotel, la ceremonia en sí fue bastante modesta, con la asistencia de solamente 30 personas. Hubo sólo 120 invitados en la recepción, celebrada en el Hotel Imperial, en Tokio. En lugar de la tradicional boda japonesa, Sayako eligió un vestido blanco de estilo occidental, y los invitados disfrutaron de una exquisita cocina francesa, incluyendo langostas, caviar y “crème brûlée” de poster. También la prensa popular informó que la exprincesa comenzó a tomar clases de conducción, y aprendió a comprar en un supermercado, todo preparándose para su nueva y modesta vida.

4. El Rey Jigme Singhi Wangchuk y las Cuatro Hermanas (Bhután)

La gente de este cerrado reino himalayo sólo se enteró de la boda de su rey después que pasó, cuando su Canciller, Dawa Tsering, viajó a Nueva Delhi en 1988 para dar la noticia de que “en una auspiciosa hora en el día descendente del Señor Gautama Buda desde el Cielo Tushita en el 22do día del 9no mes del año del Dragón Terrestre”, el rey se casaría con las cuatro hijas de una respetada familia butanesa. En realidad, el monarca, de 32 años de edad, se había casado de forma privada con las cuatro hermanas ocho años antes, en 1980. De hecho, ya tenía ocho hijos. Uno de los hijos, Jigme Khesar Namgyal Wangchuk, fue nombrado príncipe heredero en la misma ceremonia oficial del anuncio de la boda. En consonancia con el carácter privado, la naturaleza secreta de la tradición Himalaya, a la boda oficial sólo asistieron miembros de la familia y monjes. Sin embargo, esto no desalentó a la población butanesa, y se celebró una fiesta en las tierras de la embajada en honor del rey.

Fuente Consultada
 
Aylin Zafar: Princess Brides (and Grooms): From Bhutan to Swaziland, other countries' royal weddings are more fun. The List.
 
Para ver el art. original: ForeingPolicy.com