En 1989 ocurre algo inusual en la historia de los gitanos. Las familias provenientes de las distintas tribus se reúnen para defenderse contra la amenaza de una nueva expulsión de un país en donde intentaban establecerse: en este caso, Alemania Occidental.
Originalmente habían huído de Polonia, Yugoslavia y Rumania, debido a la creciente discriminación tras la desintegración del régimen comunista.
“Estamos muertos incluso antes de haber nacido. Vivimos como fantasmas, perseguidos de una ciudad a otra, de un país a otro. Nacer como romaní significa que no tendrás oportunidades. No hay lugar para nosotros. Donde sea que vayas, siempre serás un extraño. Dicen que venimos de la India de hace unos miles de años atrás, pero no tenemos un país propio. Todo lo que queremos es un lugar donde vivir, para enviar a nuestros hijos a la escuela, encontrar un poco de paz y tranquilidad. Pero nadie nos quiere, no tenemos futuro”.
Esto es lo que Vebija Adjovic, jefe de una familia de más de 30 miembros, sentía acerca de su destino, el de su familia, de su pueblo. Fue el primero en defenderse contra las autoridades alemanas, no estaba dispuesto a aceptar la deportación a un país que nunca fue su tierra natal, sino solamente otra estación en una larga ruta de escape por todos los países europeos. Fue el primero, y muchas otras familias le siguieron para formar el primer movimiento de derechos civiles de los romaníes europeos (gitanos).
Gelem Gelem – una canción entonada por los sobrevivientes del terror nazi en su camino hacia los campos de concentración.
Gelem Gelem – una canción que conecta las diferentes tribus del pueblo romaní durante su eterna búsqueda de refugio en toda Europa.
Gelem Gelem – cantado por los romaníes durante su marcha a través de Alemania Occidental para hacer que la gente pensara acerca de su destino y su historia, protestando contra su expulsión, exigiendo sus derechos a establecerse.
Tras la reunificación de los dos estados alemanes, la hostilidad y la violencia contra los inmigrantes y las minorías étnicos fue aumentando. La película Gelem Gelem documenta la lucha de los romaníes por sus derechos humanos básicos. Es la lucha por el derecho a vivir donde uno quiera vivir, la lucha por la aplicación de las recomendaciones del Parlamento Europeo con respecto a la protección de la cultura y la lengua romaní en Europa.
Dos años más tarde, al final de estas acciones, tras una larga serie de declaraciones inútiles y promesas rotas, los romaníes se encuentran ahora en el mismo lugar donde empezar. Pero han tenido una importante experiencia: han aprendido a luchar por sus intereses, sin aceptar limosnas, sin tener que seguir huyendo.
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